Emerge la palabra en cuerpo de vida imaginando geografías de
ensueño. Traza un puente invisible entre gloria y desolación. Barca del tiempo que mece el poder iniciático de la poesía. Misterio que nos arropa, amor vestido de energía transformadora. El tacto aproxima divergencias y escuchando la voz de las caricias todo se ilumina. La sensualidad ética de Josep María Planells trasciende la frontera de los cuerpos enamorándonos para vincularnos apasionadamente al ejercicio de lo sentidos. La memoria del poeta y editor genera el Premio de Poesía que Violant Muñoz-en la huella siempre se su magistral mentor-impulsa desde la plataforma Mediática-Dédalo. Si te acercas a la poética de Planells te asomas también al lugar del deseo, allí donde fluye con intensidad lo mejor que aún nos espera. Huecos de ausencia, cuerpos en rojo pasión, almas en eterna zarabanda. No es nada extraño que poetas de geografías tan diversas como Londres, Argentina,España, Rumania se transparenten creativamente en formato versificado al amparo de la convocatoria. 

Desde la mirada moldeadora del Universo de Jero Olivares en su deslumbrante Desierto a la voz de la metrópolis animal en clave de Santiago de Chile de Noelia Cañadas.La energía de una caricia mirada de Andra Gabriela Prodea, daños del vivir por la ciudad sin nombre con Carolina García. Ir en pura melodía de la mano de Jesús Andrés o definitivamente embrujarnos con la fuerza noctámbula en abrasadores instantes de la brillante poética de Núria de Espinosa. Luchar contra el peso de los recuerdos y sus goteras en la bitácora de David Azpiazu, volver y crecer en vino con Néstor Quadri, ser aire si Domingo Sánchez Castelló deambula por las palabras, sentir en clave de rima con Josep Manuel Segarra.

Sobrevive la palabra a pesar de las distancias, crece y nos abraza apagando sobrecargas del ánimo. Nos permite bañar la melancolía en un mar de lágrimas y renacer en la huella de la esperanza. 
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