Esta historia nos presenta una protagonista inolvidable: Simone Leblanc, es una joven de Arcachon, una tranquila ciudad costera en el suroeste de Francia, que se ve de repente sumida en la soledad tras la trágica muerte de sus padres. Su padre, Marcel, un comerciante respetado, nunca pudo superar la pérdida de su esposa y terminó quitándose la vida, dejando a Simone sin más compañía que la de los fieles empleados de la casa familiar. Sin embargo, lejos de resignarse al papel de huérfana desamparada, Simone decide tomar las riendas de su destino.

Este primer paso hacia la independencia es un acto de valentía en una época donde las mujeres apenas tenían acceso a oportunidades económicas sin la mediación de un hombre. Para Simone, la moda no es solo un negocio, sino una forma de expresar su visión del mundo y desafiar las convenciones sociales. En este proceso, encuentra un apoyo fundamental en Teresa, su antigua ama de llaves de origen cubano, quien no solo la ayuda a poner en marcha el taller, sino que se convierte en su socia y mano derecha.
Su encuentro con Chanel nos enseña una sociedad de luces y sombras. Chanel, descrita como una mujer blanca, delgada y nerviosa como una garza, tiene un plan claro: llevar París a Arcachon y transformar la manera en que las mujeres se ven. Para ella, la moda no es solo estética, sino una declaración de independencia y poder. Simone, por su parte, se debate entre su deseo de preservar el pasado y la tentación de ampliar sus horizontes.
A lo largo de la novela, Wendy Guerra retrata con maestría el contraste entre ambas mujeres. Mientras Chanel se convierte en un icono de la modernidad, Simone sigue un camino más introspectivo, buscando el equilibrio entre la tradición y la innovación. Su relación es una danza constante entre la admiración, la rivalidad y la moda. Una moda que no es sino un símbolo de la libertad.
La historia nos lleva a París, una ciudad vibrante y efervescente donde Simone se enfrenta a nuevos desafíos. Aquí, el glamour de la moda se mezcla con la realidad de un continente al borde de la Primera Guerra Mundial. En la capital francesa, Simone experimenta el amor y el desamor con Alexandre Luboski, un conde polaco que la introduce en los círculos aristocráticos. Sin embargo, la tragedia se cierra sobre Europa cuando el archiduque Francisco Fernando, primo de Alexandre, es asesinado en Sarajevo, desencadenando la guerra, y ésta cambia las reglas del juego.
Tras el fin del conflicto, Simone viaja a La Habana, un destino inesperado pero lleno de posibilidades. Teresa, su fiel amiga y socia, la convence de que la isla es el lugar perfecto para reinventarse. En un momento en que Cuba experimenta un auge cultural y económico, Simone ve la oportunidad de fundar su propia marca, S. Leblanc. Trópico.
A través de Simone, la autora rinde homenaje a las diseñadoras y costureras que trabajaron en la sombra, aquellas que ayudaron a construir un nuevo concepto de feminidad a través de la ropa. El libro también nos recuerda que la moda no es solo una cuestión de estética, sino un reflejo de los cambios sociales, económicos y políticos de cada época.
Wendy Guerra no solo escribe una novela, la “cosa”, el objeto en sí. En la narración nos encontraos que cada detalle está cuidadosamente tejido, desde la descripción de los tejidos y los vestidos hasta la recreación de los ambientes históricos. Su prosa es sensorial, haciendo que el lector pueda casi oler la lavanda, el incienso y el chocolate, y escuchando la brisa marina de Arcachon o el bullicio de las calles cubanas. Además, el libro está lleno de referencias musicales, artísticas y gastronómicas, creando una atmósfera envolvente. Desde los valses de Chopin hasta los postres cubanos con mangos y azúcar morena, cada elemento contribuye a la inmersión en la historia.
La costurera de Chanel es una historia de mujeres pioneras. Con una trama absorbente y un estilo narrativo exquisito, Wendy Guerra nos regala un relato donde la historia, la moda y la vida se entrelazan de manera magistral. Una lectura imprescindible para quienes disfrutan de novelas con personajes femeninos fuertes, ambientaciones detalladas y una mirada innovadora a los acontecimientos. Si alguna vez sentiste curiosidad por el mundo de la alta costura, por la vida de las mujeres que revolucionaron la moda o simplemente disfrutas de una historia bien contada, La costurera de Chanel es tu lectura obligada.
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